Pensamiento · Educación

REVISTA MILETO

REVISTA DIGITAL DE FILOSOFÍA, CIENCIA Y HUMANIDADES

IPEP Cádiz - Periodo de prueba. Pensando la educación

Revista Mileto

La sabiduría de los antiguos

Esperanza Santín

No se educa bien a los jóvenes que están entregados al vientre y al sueño (Salustio).

Un solo plato no basta para dar de comer a dos ladrones. (Aristófanes)

El hombre justo no es aquel que no comete ninguna injusticia, sino el que pudiendo ser injusto no quiere serlo. (Menandro)

Mal hombre es aquel que sabe recibir un beneficio y no sabe devolverlo. (Plauto)

El servilismo produce amigos, la verdad, odio. (Terencio)

«Me temo que ustedes no tienen intención de incluirme en su círculo de amistades». (Pedro Muñoz Seca, ante el pelotón de fusilamiento. No sabemos con certeza que estas palabras se pronunciaran)

Y si tuviera que discriminar nuevamente aquellas sombras, compitiendo con los prisioneros que nunca habían abandonado sus cadenas, estando su mirada aún confusa y antes de que sus ojos se hubieran acostumbrado a la oscuridad, ¿no provocaría acaso la risa , y no dirían de él sus compañeros que por haber estado allí arriba había vuelto con los ojos destrozados, hasta el punto de que no valía la pena intentar la ascensión?

Platón, República, libro VII

Revista Mileto

La sonrisa en sus ojos, suave el aliento
convertían en luz, las noches cerradas
su risa preciosa, carcajada al viento
grabó en su mente para no olvidarla
y conocer el secreto, de unos ojos con magia
es vivir sonriendo, afirmar con acierto
que la risa sincera, está en la mirada
que los ojos que ríen, son los verdaderos

Val Montero Mencías
Noelia Pinto. IES Pintor Juan Lara

» Con estas palabras, todos los que las oyeron cayeron en la cuenta de que don Quijote debía de ser algún loco, y se echaron a reír de muy buena gana con risa que fue a poner pólvora a la cólera de don Quijote, porque, sin decir más palabra, sacando la espada, arremetió a las andas. Uno de los que las llevaban, dejando la carga a sus compañeros, salió al encuentro de don Quijote, enarbolando una horquilla o bastón con que sustentaba las andas mientras descansaba. Después de recibir en ella una gran cuchillada que le tiró don Quijote, que se la partió en dos, con el trozo que le quedó en la mano dio tal golpe a don Quijote encima de un hombro, por el mismo lado de la espada-que no puedo cubrir el escudo contra villana fuerza-,que el pobre don quijote cayó al suelo muy malparado».

Don Quijote de la Mancha, LII. (Adaptacion de Andrés Trapiello)