Marta Negreira López - Alumna del IPEP. 1º de Bachillerato Presencial
Últimamente está surgiendo una problemática en el ámbito educativo; a los jóvenes no les interesan las materias y el contenido impartido. Pero, ¿a qué se debe esto?
Si bien el contenido en sí no ha cambiado demasiado, en lo que sí ha habido un cambio abismal es en la actitud hacia el aprendizaje de los alumnos y en la forma de enseñar de los profesores.
Incluso los alumnos más inteligentes o curiosos por naturaleza están encontrando dificultades para mantener el interés hacia las asignaturas, pues los profesores también parecen sentir menos entusiasmo a la hora de impartir clases.
También está el tema de la tecnología. Nuestra generación padece una nomofobia aguda y no podemos prescindir de nuestros dispositivos móviles durante una hora de lección. Tenemos problemas graves de concentración y nos es imposible mantener una atención focalizada en una actividad; sintiendo la necesidad constante de recibir estímulos exteriores y rápidos.
Para ello, tendríamos que buscar una alternativa a lo que se venía haciendo hasta ahora. Buscar la practicidad, el entendimiento y el entretenimiento (éste último siendo clave para producir curiosidad en los jóvenes). Y aunque no esté mal practicar la memorización a corto plazo, los contenidos no deben de ser purgados en una hoja de papel, sino que deben quedar incrustados en nuestros cerebros para que la educación que recibimos tenga un propósito.
A día de hoy, se imparten ciertos contenidos y asignaturas de dudosa relevancia para un futuro tanto profesional como cotidiano. Un ejemplo claro de esto es el inglés. En lugar de aprender a tener conversaciones fluidas con otras personas, se hace demasiado hincapié en aprender primero la gramática, dejando a la mayoría de estudiantes sin capacidad de entender ni comunicarse en esta lengua.
Por todos estos motivos, los jóvenes en nuestro país ven a una persona culta o con buenas notas como “pedante” y alguien con quien no quieren juntarse, sometiéndola a burlas y comentarios despectivos. Tomarse en serio la educación y esforzarse está mal visto. Para evitar una mala experiencia en el colegio o instituto, se espera que pases desapercibido en el ámbito académico y que destaques en el ámbito social, es decir, formar parte de un rebaño sin visión de futuro.
Como generación responsable del futuro del país, debemos buscar una solución inmediata a todo esto si queremos prosperar como sociedad.