EL MIEDO COMO FORMA DE CONTROL

Aidan Carreto Gutiérrez

“El totalitarismo se basa en la soledad, en el aislamiento del hombre y en el miedo organizado” Hannah Arendt, Los orígenes del totalitarismo. 

· El miedo es una emoción primaria derivada de la aversión natural a una amenaza. Esta es manifestada en todos los animales, lo que incluye al ser humano. Generalmente, nace siempre de un pensamiento, un pensamiento que a su vez se origina por una creencia limitante relacionada con algún adoctrinamiento o condicionamiento anterior o incluso adquirido mediante neuronas espejo. El miedo nos protege, nos alerta y nos hace huir del peligro. Sin embargo, también puede ser manipulado. 

· A lo largo de la historia, distintos regímenes políticos han utilizado el miedo como un arma para someter, silenciar y controlar a la población. Cuando el miedo deja de ser una reacción instintiva y se convierte en una estrategia de poder, nace el totalitarismo. 

“El poder no es un medio; es un fin. El poder es hacer pedazos a la mente humana y recomponerla con nuevas formas.” George Orwell, 1984 

· George Orwell, en sus obras literarias advierte cómo el poder puede deformarse, incluso en sistemas que nacen con buenas intenciones. Esta ideología anti totalitarista se ve reflejada en una de sus obras más reconocidas: Rebelión en la granja. Se trata de una fábula política donde los animales se rebelan contra los humanos, pero terminan gobernados por cerdos que acaban sometiéndolos en un sistema de opresión aún peor. Esta es una alegoría clara del estalinismo, haciendo una profunda referencia a la Revolución Rusa y el ascenso del régimen soviético regido por Stalin. Los cerdos representan a la élite comunista y su transformación progresiva en tiranos refleja cómo el poder corrompe cuando se impone este por el miedo. 

· En el libro, el terror no solo se impone con castigos físicos, sino con el miedo constante a enemigos exteriores, al sabotaje interno y con diferencia al castigo por la oposición. El miedo se normaliza: los animales repiten lo que se les dice sin atreverse a pensar por sí mismos, guardan silencio aunque algo les parezca injusto, aceptan mentiras disfrazadas de verdad y renuncian a su libertad por temor a las consecuencias. Aunque su vida empeora, el miedo es tan fuerte que les impide volver a rebelarse. 

· No solo se ejemplifica una crítica a un sistema político concreto, sino que se trata de mostrar cómo el miedo en un marco político como tal puede reemplazar el pensamiento crítico, disolver la voluntad tanto en pluralidad como en la intimidad y hacer que los oprimidos acepten su propia opresión. 

· Otro de los ejemplos más extremos y sistemáticos del uso del miedo como forma de control fue el nazismo. Bajo el gobierno de Hitler, el miedo se convirtió en una herramienta de poder. La SS, los campos de concentración y otros más, no solo eliminaban a los enemigos de este sistema sino que también se encargaban de paralizar al resto de la sociedad. Bastaba con pensar diferente o incluso sospechar de nosotros para convertirse en objetivo de este. La propaganda nazi jugaba un gran papel reforzando ese miedo a la diferencia, al judío, al comunista, al extranjero, todos estos mediante la denigración racista

de su imagen. El miedo al enemigo externo justificaba la violencia y el miedo interno a ser vigilado o traicionado aseguraba la obediencia. 

· Esta es otra prueba más clara de cómo el miedo manipulado desde el poder puede llevar a una sociedad entera a normalizar lo inhumano, a renunciar al desarrollo individual y a participar de forma activa o por silencio cómplice en atrocidades impensables. 

· El miedo cuando es usado como herramienta de poder no solo oprime físicamente a miles de personas sino que impide el desarrollo de nuestras conciencias. Solo enfrentándolo con pensamiento crítico, cultura histórica y valentía colectiva, podemos evitar que se convierta en un medio para justificar la opresión bajo la falsa promesa de seguridad en esta sociedad.