¿A QUÉ LE TIENES MIEDO?

Ignacio Castillo Montiel

Seguro que todos habéis oído hablar de las fobias, es decir, los miedos o repulsiones que puede tener una persona a algo en específico. Pues el tema de este artículo son los tipos de miedos más raros, como la más que conocida tripofobia, el miedo a los agujeros muy agrupados. Aun así, también hay muchas menos conocidas, pero mucho más interesantes:

La xantofobia, por ejemplo, resulta ser el miedo irracional al color amarillo, produciendo ansiedad a las personas que la sufren cuando ven el este color. Además, la eritrofobia es el miedo al color rojo, pudiendo llegar los que la sufren a detestar a las personas que vistan de este.

 

Otro miedo irracional a algo tan mundano como lo es un color es el miedo a un número. Por ejemplo, existe el miedo hacia el número 666, llamada hexakosioihexekontahexafobia, aunque no se que da más miedo, el propio número o la persona que le puso el nombre.

 

De hecho, cuando hablamos de fobias a cosas tan normales, surgen otras que me cuesta que haya gente que las padezca y puedan vivir tranquilamente, como es el caso de la eisoptrofobia, que es el miedo a cualquier superficie reflectante, como los espejos, la somnifobia, que resulta ser el miedo a quedarse dormido, la uranofobia, que es el miedo irracional al cielo o la ombrofobia, el miedo a la lluvia. Este último es extremadamente particular, debido a que muchas personas que la padecen pueden desarrollarla hasta el punto de llegar a tener miedo a mojarse. Si a esto le sumas una persona cerca que padezca bromidrosifobia, miedo al olor corporal, hacen la dupla perfecta.

 

También me gustaría recalcar que existen miedos sobre partes del cuerpo que resultan ser imposibles de controlar, como la optofobia, que es el miedo irracional a abrir los ojos, simplemente por el hecho de que puedan resultar ser dañados o la omfalofobia, que es el miedo a los ombligos, produciendo arcadas, náuseas y vómitos en las personas que la tienen cuando ven o tocan uno, ya sea el propio o uno ajeno.

 

Por último, me he encontrado con varias fobias de lo más curiosas, pero sobre todo divertidas, como es la crematofobia, que es el miedo irracional al dinero. Sinceramente nunca creo que vaya a conocer a alguien que la padezca, pero si en algún momento ocurre, ya sabe en quién puede confiar para guardarle sus ahorros. Total, si desaparezco no creo que lo vaya a echar mucho de menos.

Una fobia que más de uno no sabía que tenía es la penterafobia, que es el miedo para nada irracional a los suegros y las suegras.

Y por último la fobia que más dudas me ha generado a mi: la fobofobia, que resulta ser el miedo a padecer una fobia, pero ¿si resulta ser que al final padeces una fobia, la fobofobia desaparece o la sigues teniendo?

 

En definitiva, que no tengáis miedo de cosas que no merecen la pena, que no hay por qué sufrir así por tonterías como estas.