EL CENTRO DE LA EDUCACIÓN

Laura Larriba Andrés - Alumna del IPEP. 1º de Bachillerato Presencial

La palabra educación viene del latín «educere» que quiere decir «extraer de dentro hacia afuera», donde el educador actúa como guía para extraer y cultivar el potencial de cada individuo. Sin embargo, esta labor va más allá de la impartición de contenidos, requiere un compromiso y una vocación hacia el crecimiento de los estudiantes.

En muchas ocasiones los educadores carecen de vocación y no están preprados para lidiar con el entorno escolar. Su pasión y dedicación se reflejan en su forma de enseñar, inspirando a los alumnos a alcanzar su máximo potencial y a desarrollar un interés por el aprendizaje con objetivos que vayan más allá que el de aprobar un exámen.

El método actual de evaluación de profesorado está centrado principalmente en exámenes que evalúan el conocimiento teórico pero no se le da importancia a otras habilidades y cualidades necesarias para la enseñanza. Las habilidades de comunicación, adaptación y habilidades de gestión de un aula son igualmente importantes.

Por ello, el educador no solo debe ser un experto en su campo, sino también debe saber impartir adecuadamente esos conocimientos y facilitar el desarrollo intelectual y moral de sus alumnos.

Reconocer las necesidades individuales de los estudiantes y adaptar el proceso educativo es esencial para maximizar su potencial. Los educadores deben emplear estrategias de enseñanza y evaluación pra atender a la diversidad de estilos de aprendizaje, ritmos y habilidades de los estudiantes.