Reto filosófico – Banana

Guillermo León Alcántara Espinosa - IES Juan Lara

En mi clase de inglés para el b1 me preguntaron cual era mi fruta favorita. No podéis imaginaros las risas al decirles el anglo de plátano. Esa risa tonta al oírla me suena a día de sol en la playa, a bañarme con los de natación o ir a ver una peli con hamburguesa con mis amigos. No me suena a nada la risa con los chistes machistas, ni con los comentarios homófobos o sexistas o los memes contra los discapacitados como ese del tío que se subió en un cortacésped para burlarse de un político que iba en silla de ruedas. Eso no me da nada de risa.


Escuché una vez en un documental del National Geographic que los chimpancés sonreían para vencer al miedo y me da por pensar (y que Aristóteles me asista) que es miedo a no integrarse en un grupo por lo que los machistas y otros engendros se ríen con el mal ajeno, porque lo único que tienen bajo esas grandes fachadas de tirados palante es la nada más absoluta…No sé si será verdad, pero el grupo impone y que te dejen solo en una esquina no gusta. Da miedo estar solo en el recreo, no pertenecer a un grupo aunque sean los de las risas absurdas o los que se pasan memes que no hacen gracia a nadie. La banana solo es una fruta. No tan buena como el plátano canario, al que le hace mucha falta su consumo en verdad por lo del volcán de las narices.


Pero volviendo al tema, se partieron el pecho de la risa, igual que yo lo hacía en el coche de mi madre mientras nos llevaba a extraescolares a mi hermana, a Marta Villena , a Clarita y a mí, empezando uno y encadenando risas a todos. No eran risas malas, sino de felicidad supongo que de estar sanos, haber comido e ir a lo que más nos gustaba que era el baloncesto. Esa risa es como un día de sol con tortilla incluida, como alguien que te gusta y le gustas, como el grito de un amigo cuando ya no puedes nadar más y te dice…» Qué tú puedes»…como la risa de un niño muy pequeño que ve a su madre porque sabe que nada puede hacerle daño mientras esté con ella. Quizás deberíamos reírnos más como esos que usan la risa como terapia para curar males. Quizás deberíamos reírnos solo por el hecho de
estar vivos o poder estudiar cuando tantos no pueden. Quizás eso sea una banana más que una fruta…el entrar en una clase dónde eres el nuevo y soltarlo sin pensar y que todos se rían con ganas, acabando de inmediato con las miradas de sorpresa. La risa es como cargarse de energía positiva.

Ana Molina – IES Juan Lara